2 de junio de 2025
La sexta generación de la Mitsubishi L200 ya está disponible en la Argentina, con una propuesta que se destaca por su robustez estructural, diseño totalmente renovado y un notable avance en seguridad gracias a las cinco estrellas de LatinNCAP. Sin embargo, la pick-up japonesa queda rezagada en potencia, tecnología de motor y equipamiento frente a rivales más modernos del segmento. La única versión disponible, la GLS Full automática, tiene un precio competitivo, pero también varias carencias que empañan lo que podría haber sido un gran regreso.
Mitsubishi vuelve a apostar fuerte por el mercado argentino con la sexta generación de su pick-up mediana, la L200 2025. Fabricada en Tailandia e importada por el Grupo Antelo, se presenta en una única versión: GLS Full 6AT 4WD, con un precio oficial de 54.000 dólares. Aunque se posiciona como una de las camionetas más modernas del segmento, su equipamiento mecánico y tecnológico no está a la altura de lo que hoy ofrecen sus principales rivales.
Diseño y plataforma: evolución sin perder la esencia
La L200 2025 adopta una estética más robusta y cuadrada, con un perfil que recuerda al de un "tanque", tanto por presencia como por sensaciones al volante. El chasis de largueros fue reforzado con acero de alta resistencia, aumentando la rigidez a la torsión (+40%) y flexión (+60%) sin que eso penalice demasiado el peso final (sube a 1.975 kg).
Los detalles exteriores incluyen luces LED, llantas de 18 pulgadas y neumáticos Yokohama Geolandar, pero sorprende la falta de elementos que uno espera en una versión "Full": no trae lona marítima, ni barra en la caja, ni portaequipaje. Peor aún, sólo ofrece cuatro enganches en la caja y la tapa carece de amortiguación, algo inadmisible en este rango de precio.
Adentro, la calidad de materiales y terminaciones es excelente. Los botones y perillas, pensados para manipularse incluso con guantes, transmiten solidez y durabilidad. El sistema multimedia, con pantalla táctil de 9 pulgadas, cumple sin destacarse, y se conecta con Apple CarPlay y Android Auto. Sin embargo, Mitsubishi eliminó las icónicas levas al volante tipo rally, lo que resta deportividad.
El confort general es bueno, con espacio trasero suficiente y una particularidad única en el segmento: un sistema de climatización de techo que distribuye el aire de forma rápida y pareja, ideal para climas extremos.
Acá sí Mitsubishi dio en el clavo. La L200 2025 recibió cinco estrellas en LatinNCAP, posicionándose como una de las pick-ups más seguras junto con la nueva Ford Ranger. La dotación incluye siete airbags, frenado autónomo de emergencia, alerta de punto ciego, asistente de cambio de carril y más. No trae control de crucero adaptativo, y los frenos traseros siguen siendo de tambor, un punto flojo si se compara con otras camionetas que ya ofrecen discos en las cuatro ruedas.
El punto más criticable. El motor 2.4 turbodiésel de 184 cv y 430 Nm apenas mejoró respecto a la generación anterior. Queda claramente por debajo de rivales como la Ranger, Amarok o S10, que ofrecen hasta 205 cv y cajas de 8 o 10 marchas. Además, se perdió la versión manual y la caja automática de seis velocidades queda vieja, especialmente cuando hay opciones más modernas disponibles en la región.
Mientras en Chile o Brasil ya se ofrece el motor bi-turbodiésel de 205 cv, en Argentina seguimos recibiendo la versión menos potente. Y esto no es menor: en un segmento donde la performance pesa, Mitsubishi queda varios pasos atrás.
La tracción Super Select 4WD-II, con diferencial central LSD y modos de conducción específicos (Normal, Eco, Ripio, Barro y Roca), es uno de sus puntos más fuertes. La combinación con bloqueo de diferencial trasero le permite destacarse en situaciones off-road. El comportamiento dinámico es sólido, con una suspensión que equilibra robustez y confort, y una cabina muy bien insonorizada.
Sin embargo, la dirección con asistencia hidráulica es menos precisa que en rivales con dirección eléctrica, y eso se nota en ciudad o maniobras cotidianas.
La Mitsubishi L200 2025 tiene todo para destacarse: diseño moderno, estructura reforzada, excelente calidad de materiales y un paquete de seguridad sobresaliente. Pero todo ese potencial queda desaprovechado por un motor anticuado, una caja automática limitada y un equipamiento que no está a la altura del precio que se paga.
En un mercado donde la Ford Ranger, la Toyota Hilux e incluso las chinas vienen con propuestas más completas y potentes, la L200 llega tarde y con lo justo. Mitsubishi tenía la chance de volver al ruedo con fuerza, pero eligió ser conservadora en lo que más importa.
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