1 de julio de 2025
Muchas veces pasamos por alto un elemento clave del auto: los neumáticos. Sin embargo, su correcto mantenimiento no solo mejora la seguridad al volante, sino que también evita gastos innecesarios. En esta nota te contamos el tip más importante para cuidar las cubiertas y repasamos una serie de recomendaciones prácticas para que duren más y rindan mejor.
Las cubiertas tienen una vida útil limitada, ya sea por el desgaste natural, el paso del tiempo o el uso intensivo. Pero hay una clave para sacarles el mayor provecho posible: mantener la presión correcta de inflado.
Cada vehículo tiene una presión de neumáticos recomendada por el fabricante, y varía según la carga que transporta. Si no la respetás, podés generar:
Desgaste irregular, que te obliga a cambiar las cubiertas antes de tiempo.
Mayor riesgo de pinchaduras o roturas.
Pérdida de adherencia, especialmente en superficies mojadas.
Mayor consumo de combustible.
Tip clave: Revisá la presión una vez por semana o antes de un viaje largo. Podés encontrar el valor recomendado en la tapa del tanque o el marco de la puerta del conductor.
No sirve inflar bien si después se escapa el aire por una válvula en mal estado. Asegurate de que esté firme y que el tapón esté colocado.
Los neumáticos pueden dañarse al estacionar o golpear un cordón. Si ves una raja o bulto, consultá en un taller. En muchos casos hay que reemplazar ambos del eje.
La profundidad del dibujo debe ser de al menos 1,6 mm, según la ley. Menos que eso, y corrés riesgo de aquaplaning en lluvia.
No es lo mismo manejar solo que con el baúl cargado. Si no ajustás la presión, las ruedas sufren más y podés comprometer la estabilidad.
Si sentís que el volante vibra o se va de lado, puede haber un problema de alineación. Eso genera desgaste desigual y menor seguridad.
Si dejaste el auto estacionado por semanas, movelo cada 15 días para evitar deformaciones en la banda de rodadura.
Manejá con suavidad. Acelerar o frenar de golpe desgasta más rápido la goma. Usá rebajes para ayudar al frenado.
Si necesitás cadenas, ponelas bien ajustadas y sacalas apenas salgas del tramo nevado. No circular rápido si no hay mucha nieve: daña el neumático.
Cuando el dibujo está por debajo del mínimo legal.
Si tienen más de 5 años de uso, aunque parezcan en buen estado.
Si detectás rajaduras, deformaciones o pérdida constante de presión.
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