Un restyling que maquilla, pero no rejuvenece

La Chevrolet Trailblazer 2025 presenta su tercera actualización desde que esta generación debutó en 2013. Los cambios más notorios se concentran en la trompa: parrilla, paragolpes, ópticas LED y llantas nuevas. El resultado es un frente agresivo y moderno, pero una trasera que ya luce anticuada.

Se ofrece en Argentina en una única versión, High Country, equipada con neumáticos Goodyear de asfalto. Un error repetido: hablamos de un SUV con chasis de largueros, reductora y tracción 4x4 que debería, al menos, ofrecer la opción de cubiertas mixtas para uso real fuera del asfalto.

Interior: más digital, menos práctico

Puertas adentro, la Trailblazer estrena tablero 100% digital y pantalla multimedia, integradas en un mismo panel. La calidad percibida mejora, aunque persisten detalles de diseño con un aire demasiado "brasilero".

El mayor problema es la usabilidad: para consultar datos básicos como presión de neumáticos, temperatura del motor o nivel de aceite, hay que "llevar y traer" información entre las dos pantallas. Una solución vistosa, pero poco intuitiva y peligrosa, porque obliga a desviar la vista del camino.

Lo positivo: sigue siendo una de las pocas SUVs con siete plazas reales para adultos, y el plegado de la tercera fila bajo el piso del baúl es de lo mejor del segmento.

Seguridad: correcta, pero sin brillar

La Trailblazer ofrece seis airbags, frenos a disco en las cuatro ruedas y un paquete de ADAS con frenado autónomo, alerta de colisión, aviso de cambio de carril y alerta de tráfico cruzado. Cumple, pero no se destaca: no tiene control de crucero adaptativo ni mantenimiento de carril, tecnologías que ya ofrecen sus rivales.

Cuenta con el sistema OnStar, útil y completo, aunque pago después de un período inicial. A diferencia de FordPass, que es gratuito de por vida.

Un punto débil: nunca fue sometida a pruebas de choque de Latin NCAP, lo que deja dudas sobre su verdadera performance en seguridad.

Mecánica: lo mejor de la Trailblazer

El motor Duramax 2.8 turbodiésel (207 CV y 510 Nm), desarrollado por VM Motori, es de lo mejor del segmento. Sumado a la nueva caja automática de 8 marchas (derivada del Camaro), ofrece un andar más ágil y eficiente que antes.

Las cifras lo confirman:

• 0 a 100 km/h en 9,5 segundos (antes 10,1).

• Recuperación de 80 a 120 km/h en 7,1 segundos.

• Consumo mixto de 8,9 L/100 km (antes 10,5).

Eso sí, sigue sin ofrecer bloqueo de diferencial trasero, algo que Toyota y Ford sí incluyen.

Comportamiento dinámico

Chevrolet recalibró dirección, frenos y suspensión. El resultado: una SUV más precisa y estable, tanto en asfalto como en tierra. Viaja muy bien en ruta, y en caminos off-road demuestra robustez, aunque limitada por los neumáticos pensados para ciudad.

Comparada, queda así:

• Ford Everest: la nueva referencia, con un motor naftero 2.3 EcoBoost de 300 CV.

• Toyota SW4: mantiene vigencia y confiabilidad, aunque menos refinada en dinámica.

• Trailblazer: equilibrada y confiable, pero más "analógica" que sus rivales.

Precio: el verdadero problema

El precio de lista publicado es de $73.427.900, pero en los concesionarios se negocia con descuentos de hasta $10 millones. Desde la propia red de Chevrolet reconocen que muchos clientes se asustan con el valor oficial y ni siquiera llegan a consultar.

En un mercado donde los rivales ya ofrecen plataformas más modernas y motores más potentes, la Trailblazer queda como la opción "honesta" en espacio y robustez, pero desfasada en tecnología y con una política de precios poco transparente.

Conclusión

La Chevrolet Trailblazer 2025 cumple con lo esencial: espacio para siete adultos, un motor turbodiésel confiable, tracción real 4x4 y un chasis robusto. Sin embargo, su diseño anticuado, los faltantes en seguridad y la falta de sinceridad en el precio juegan en su contra.

En definitiva, es una SUV que pide pista con argumentos sólidos en lo básico, pero que necesita una nueva generación para competir de igual a igual con Everest y SW4. Mientras tanto, su mayor virtud debería ser la transparencia, algo que hoy Chevrolet Argentina parece no estar dispuesta a ofrecer.