23 de octubre de 2025
Muchos automovilistas cometen el error de abrir el recipiente del líquido refrigerante con el motor caliente, sin saber que esa maniobra puede ser peligrosa. El sistema alcanza temperaturas superiores a los 100°C y una presión interna capaz de provocar quemaduras severas o daños en el motor. En esta nota te contamos cómo hacerlo correctamente y qué fallas pueden provocar fugas.
Abrir el tapón del líquido refrigerante con el motor caliente es uno de los errores más frecuentes (y peligrosos) entre los conductores.
Cuando el motor está en funcionamiento, el líquido puede superar los 100 grados, gracias a la presión interna del sistema de refrigeración.
El tapón del depósito está diseñado para mantener esa presión y evitar que el agua hierva. Si se abre de golpe, la presión se libera de forma repentina y el líquido puede salir disparado como un chorro a presión, provocando quemaduras en el rostro o las manos.
Además, aunque se logre abrir sin lesiones, el resultado puede ser igual de grave: el sistema puede perder gran parte del refrigerante y permitir la entrada de aire, lo que causa sobrecalentamiento inmediato y posibles daños al motor.

La regla principal es simple: esperar a que el motor esté completamente frío.
Antes de abrir el tapón, conviene tocar el tubo de refrigerante: si está blando y no se percibe presión, se puede abrir lentamente, escuchando si escapa aire.
Nunca lo hagas de manera brusca ni con el motor en marcha.
En vehículos que tienen radiador con tapón de media vuelta (como algunas motos o autos más antiguos), el riesgo es todavía mayor. En esos casos, la presión acumulada puede hacer que el agua hirviendo salga a alta velocidad.

Cada año, los talleres mecánicos reciben decenas de autos con problemas derivados de un mal manejo del sistema de refrigeración.
Muchos conductores subestiman este peligro y terminan con quemaduras graves o el auto detenido por un simple descuido.
La recomendación es clara: nunca abras el recipiente del refrigerante con el motor caliente. Esperar unos minutos puede evitar un accidente y un gasto innecesario.

Si el nivel de líquido baja con frecuencia, puede haber una fuga en el sistema. Estas son las causas más habituales:
Tapa defectuosa: Si la tapa del depósito no mantiene la presión adecuada, el líquido se evapora. Es un problema simple de resolver: basta con reemplazar la tapa.
Mangueras dañadas: Son una fuente frecuente de fugas, aunque muchas veces pasan desapercibidas porque el líquido se evapora cuando el motor está caliente.
Problemas internos del motor: Fallas en la junta de culata, la bomba de agua o los enfriadores de aceite también pueden provocar pérdidas. En estos casos, suele aparecer humo blanco en el escape, una señal clara de que el refrigerante está ingresando en la cámara de combustión.
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