28 de octubre de 2025
Elegir el aceite correcto no es solo una cuestión de marca o precio: la viscosidad define cómo fluye el lubricante dentro del motor y cuánto protege sus componentes. En esta guía te explicamos qué significa cada número en la etiqueta (como 5W-30 o 10W-40), por qué varía según la temperatura y cómo saber cuál es el tipo ideal para tu vehículo según el uso, la antigüedad del motor y el clima en Argentina.
La viscosidad del aceite mide la resistencia del lubricante a fluir dentro del motor. En otras palabras, indica qué tan espeso o fluido es el aceite a distintas temperaturas.
Un aceite de baja viscosidad (más "liviano") fluye con facilidad y protege mejor durante el arranque en frío, mientras que uno de alta viscosidad es más denso y forma una película protectora más gruesa a altas temperaturas.
El equilibrio es clave: si el aceite es demasiado espeso, puede afectar el rendimiento y generar fricción innecesaria; si es muy fluido, no protegerá correctamente las piezas del motor.
El aceite cumple tres funciones esenciales:
Lubricar las partes móviles del motor, reduciendo el desgaste.
Refrigerar las zonas donde la temperatura es más alta.
Limpiar y proteger, evitando la acumulación de impurezas.
Si se utiliza una viscosidad incorrecta, el aceite podría no circular bien o perder sus propiedades protectoras. Esto puede derivar en un consumo de combustible más alto o, en casos extremos, en daños severos al motor.

En los envases se suele ver una combinación como "5W-30", y cada parte tiene un significado específico:
El número antes de la W (Winter) indica la fluidez del aceite a bajas temperaturas. Cuanto menor sea, mejor se comportará en arranques en frío.
El número después de la W representa la viscosidad a altas temperaturas. Cuanto mayor sea, más espeso será el aceite cuando el motor esté caliente.
Estos valores se rigen por la norma SAE (Society of Automotive Engineers), que estandariza los grados de viscosidad.
Por ejemplo:
5W-30 ? más fluido, ideal para zonas frías o motores modernos.
10W-40 o 20W-50 ? más viscosos, adecuados para climas cálidos o motores con más kilómetros.

Depende de tres factores principales:
Tipo de motor: los diésel y los nafteros requieren aceites distintos.
Temperatura ambiente: en regiones frías conviene un aceite más liviano, y en zonas cálidas, uno más espeso.
Antigüedad del motor: los motores nuevos trabajan mejor con aceites de baja viscosidad, mientras que los más viejos suelen necesitar aceites más densos.
Por ejemplo, un conductor que vive en Bariloche puede optar por un 5W-30, mientras que en Formosa o Santiago del Estero puede convenir un 10W-40 o 20W-50.
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