La quinta generación ya está a la venta en el país, con un precio de lista de 70.900 dólares (tras quedar exenta de impuestos internos). La manejamos durante una semana y queda claro que Hyundai decidió subir la apuesta: más tamaño, más potencia, más tecnología... y también más polémica.

Diseño exterior: volver a las fuentes, aunque incomode

La discusión estética es inevitable. La nueva Santa Fe adopta un diseño boxy, de líneas rectas y superficies planas, muy lejos del estilo fluido de las generaciones anteriores. En realidad, no es tan rupturista si se recuerda a la Santa Fe original de 2001, que también fue cuestionada en su momento.

El frente con ópticas en forma de "H", las superficies macizas y, sobre todo, el enorme portón trasero, generan opiniones encontradas. Desde algunos ángulos parece más una pieza industrial que una SUV refinada. La unidad probada, además, sumaba el color Earthy Brass mate y llantas de 20 pulgadas con neumáticos 255/50, una combinación que exagera todavía más el carácter robusto del conjunto.

En dimensiones, el salto es claro:

• 4.830 mm de largo

• 1.900 mm de ancho

• 1.770 mm de alto

• 2.815 mm entre ejes

Crece en todos los sentidos y se nota. Frente a rivales como Jeep Commander, Mitsubishi Outlander, Peugeot 5008 o Nissan X-Trail, la Santa Fe es más grande, más potente y más cara, aunque también juega con una ventaja clara en equipamiento y calidad percibida.

Interior: donde no hay discusión

Puertas adentro, la Santa Fe marca diferencia sin esfuerzo. El habitáculo es amplio, luminoso, bien terminado y muy funcional. Hyundai sigue entendiendo algo que muchos fabricantes olvidaron: la ergonomía importa.

Hay botones físicos para las funciones clave, múltiples espacios portaobjetos (incluida una consola central que se extiende hacia la segunda fila) y una disposición lógica de comandos. A eso se suman:

• Tablero digital de 12,3"

• Multimedia táctil de 12,3"

• Pantalla adicional de 6" para el climatizador

La única versión disponible en Argentina viene muy equipada: doble techo panorámico, cuero, butacas delanteras eléctricas calefaccionadas y ventiladas, segunda fila reclinable con cortinas, y una tercera fila usable para adultos, algo poco común.

El baúl, como en toda SUV de siete plazas, depende de la configuración:

• 250 litros con siete asientos

• 642 litros con tercera fila plegada

• 1.148 litros con dos filas rebatidas

Punto muy a favor: rueda de auxilio del mismo tamaño que las titulares, algo cada vez más raro.

Seguridad: completa, aunque con asteriscos

Históricamente, la Santa Fe fue el Hyundai mejor equipado en seguridad en el país, y esta generación sostiene ese estándar. Incluye un paquete ADAS muy completo:

• Frenado autónomo de emergencia

• Mantenimiento de carril

• Control de crucero adaptativo

• Cámaras 360°

• Frenado autónomo en reversa

Este último sistema es eficaz, aunque algo intrusivo en maniobras ajustadas: si sos de los que estacionan "al límite", vas a pelearte con el sistema.

Todavía no fue evaluada por Latin NCAP. En Europa, EuroNCAP le dio cuatro estrellas en versión estándar y cinco con Safety Pack, lo que deja claro que el resultado final depende mucho del equipamiento específico de cada mercado.

Motor y transmisión: músculo sin complejos

Hyundai eligió una fórmula clásica para Argentina:

• 2.5 turbonaftero

• 281 CV y 422 Nm

• Caja automática DCT de 8 marchas

• Tracción integral On Demand

No hay diésel ni híbridos (por ahora), aunque en otros mercados existen versiones HEV y PHEV. Este motor explica buena parte del carácter del modelo: acelera fuerte, recupera rápido y mueve con soltura casi dos toneladas.

Las cifras lo confirman:

• 0 a 100 km/h en 6,9 s

• 80 a 120 km/h en 7 s

• Velocidad máxima: 220 km/h

El consumo es lógico para el peso y la potencia:

• 12,5 l/100 km en ciudad

• 10,1 l/100 km en ruta

Con un tanque de 72 litros, es una excelente rutera.

Comportamiento: confort primero, siempre

En ciudad y ruta, la Santa Fe es un salón rodante. Muy bien insonorizada, estable y cómoda. La suspensión prioriza claramente el confort y se nota. En curvas, las inercias aparecen rápido, pero no sorprende: no está pensada para manejarla al límite.

El gran punto cuestionable son las llantas de 20" con perfil bajo. Arruinan parte del confort cuando el asfalto se deteriora y obligan a extremar cuidados fuera del pavimento. El sistema 4WD suma seguridad y tracción, pero los neumáticos no acompañan la propuesta.

Una versión con llantas más chicas y neumáticos de mayor perfil no solo mejoraría el confort, sino que también podría bajar el precio. Hay público para eso.

Conclusión: ¿generalista? Ya no

La nueva Hyundai Santa Fe dejó de jugar en la liga de las SUVs generalistas. Por precio, calidad, potencia y equipamiento, se acerca peligrosamente a productos premium, aunque sin logo "de lujo".

Tiene virtudes muy claras: espacio, confort, motor, tecnología y calidad de construcción. También tiene dos puntos discutibles: el diseño (que no busca consenso) y las ruedas sobredimensionadas.

A 70.900 dólares, Hyundai sabe que no apunta a volumen, sino a un cliente fiel, exigente y dispuesto a pagar. Y, guste o no su estética, esta Santa Fe es la más completa, potente y ambiciosa de toda su historia en Argentina.