24 de diciembre de 2025

Fórmula 1

F1: el motor Mercedes que usará Alpine en 2026 ya desata la primera gran polémica

La unidad impulsora que utilizará Alpine en la era 2026, y con la que correrá Franco Colapinto, quedó en el centro de una disputa técnica y política. La discusión no es menor: define qué se puede y qué no en la próxima Fórmula 1.

Un reglamento nuevo, una grieta conocida

La Fórmula 1 todavía no giró una sola vuelta con las reglas 2026, pero el juego ya empezó. Según reveló Corriere dello Sport, Mercedes desarrolló un motor que cumple con la normativa en frío, durante las verificaciones técnicas, pero que podría exceder los límites reglamentarios cuando entra en temperatura de funcionamiento.

El punto conflictivo está en la relación de compresión, un parámetro clave para la eficiencia y el rendimiento. El artículo 1.5 del Reglamento Técnico es claro: la conformidad debe cumplirse "en cualquier momento del evento". Ahí es donde los rivales ven una zona gris que puede convertirse en ventaja.

El número que incomoda a todos

La normativa fija una relación de compresión máxima de 16:1 en frío. El cuestionamiento es que el motor alemán, gracias a un sistema de enfriamiento interno más eficiente y a tolerancias térmicas muy ajustadas, podría trepar cerca de 18:1 en condiciones reales de carrera.

Ese salto no es anecdótico: implica mejor combustión, mayor eficiencia energética y una ganancia directa en rendimiento. En un reglamento que apunta a la eficiencia como eje central, es una ventaja demasiado grande como para pasar desapercibida.

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Ferrari, Honda y Audi levantan la mano

El movimiento fue rápido y calculado. Ferrari, Honda y Audi solicitaron a la FIA una aclaración reglamentaria formal. No hay protesta, todavía. Hay advertencia.

El mensaje es claro:
si esta interpretación se valida, el resto tendrá dos opciones -copiarla a contrarreloj o impugnarla-, con el riesgo de arrancar la nueva era técnica en desventaja.

Red Bull Powertrains, en la misma sintonía

El conflicto escala cuando aparece otro actor pesado. Red Bull Powertrains habría llegado a una solución técnica muy similar. No sorprende: en los últimos meses, alrededor de 60 ingenieros dejaron Mercedes (Brixworth) para sumarse al proyecto de Milton Keynes.

Ese trasvasamiento de conocimiento también salpicó a otros fabricantes. En un reglamento nuevo, donde el saber previo vale oro, estas migraciones pesan tanto como los caballos de potencia.

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El escenario que nadie quiere ver en Australia

El punto más delicado es político y deportivo. Si la FIA no fija una posición clara antes del inicio del campeonato, una protesta en el GP de Australia 2026 podría dejar bajo revisión a Mercedes y a todos sus equipos clientes:

  • McLaren

  • Williams

  • Alpine

En este último corre Franco Colapinto, lo que suma presión mediática y exposición local. La posibilidad de que cuatro equipos queden en el aire técnico en la primera carrera del año es un escenario que la F1 quiere evitar, pero que hoy está sobre la mesa.

La solución intermedia: perder poco para no perder todo

En el paddock ya se habla de una salida de compromiso. Mercedes y Red Bull Powertrains podrían reducir levemente la relación de compresión en frío, modificando mínimamente la cabeza del pistón para que el valor en caliente no supere el límite.

¿Costo? Algo de potencia.
¿Cuánto? Mucho menos de los 15 CV que se mencionaron en algunos medios. El golpe sería asumible. El problema no es técnico, es conceptual: aceptar ahora significa sentar un precedente.

Cuando la FIA decide mirando el retrovisor

No sería la primera vez que la FIA deja correr una solución y corrige después:

  • Ferrari 2019: flujo de combustible, acuerdo confidencial.

  • Mercedes 2020: DAS legal un año, prohibido al siguiente.

El patrón es conocido: permitir, observar, ajustar más tarde. Si eso ocurre otra vez, el mensaje será claro: el que llega primero, gana ventaja. El reglamento se ajustará en 2027, pero el campeonato 2026 ya estará marcado.

qué es el acuerdo de la concordia

La decisión que define más que un motor

La pelota está en manos de Jo Bauer, comisario técnico de la FIA. Su interpretación definirá si se habilita una solución de compromiso o si se traza una línea roja que obligue a rediseñar motores a meses del debut.

En la Fórmula 1 moderna, la política técnica pesa tanto como el cronómetro. Y cuando ambas se cruzan, los campeonatos empiezan a definirse mucho antes de que se apaguen las luces.


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