De Williams a Alpine: un salto con obstáculos

Franco Colapinto irrumpió en la Fórmula 1 en 2024 con Williams y, en apenas nueve Grandes Premios, consiguió cinco puntos fundamentales que lo posicionaron como una de las revelaciones del paddock. Ese rendimiento lo llevó a firmar con Alpine, primero como piloto de reserva en 2025 y luego, desde el GP de Emilia-Romaña, como titular en reemplazo de Jack Doohan.

Pero su llegada al equipo francés coincidió con un escenario complejo: Alpine atraviesa una de las temporadas más difíciles de su historia, al punto de ubicarse en el último lugar del campeonato de constructores, muy lejos del pasado glorioso que supo tener.

"Me subí a un auto que no hablaba mi idioma"

En diálogo con Beyond the Grid, el podcast oficial de la Fórmula 1, Colapinto explicó las dificultades técnicas que enfrentó al integrarse al equipo:

"Me subí a un auto que ya había sido desarrollado y conducido por muchos otros pilotos, pero no realmente por mí. No tuve mucha influencia en lo que quería del auto este año", reconoció el argentino.

El monoplaza, según detalló, estaba diseñado para otros estilos de manejo:

"Quizás no está tan enfocado en cómo conduzco yo, sino en cómo lo hacen Pierre (Gasly), Esteban (Ocon) o Fernando (Alonso). El equipo tiene una forma de trabajar que no estuvo realmente adaptada a mí".

La comparación con su etapa en Williams fue inevitable. Allí, aunque debutó sin ensayos previos, había pasado más de un año trabajando en el simulador y con los ingenieros, lo que le permitió llegar con naturalidad. "En Alpine fue empezar de cero. Subirme a un auto nuevo, un Fórmula 1 nuevo, manejarlo por primera vez... es mucho más complicado", resumió.

Un progreso de menor a mayor

La adaptación llevó tiempo, sobre todo porque el auto parecía diseñado para el estilo de Gasly.

"Creo que el coche de este año ha estado muy enfocado en Pierre y en cómo le gusta conducirlo. A veces me lleva un poco más encontrar lo que quiero, pero al final siempre llego a eso. Ahora lo estamos logrando más rápido y a tiempo", explicó.

En este proceso fue clave la figura de Flavio Briatore, asesor del equipo y uno de los impulsores del proyecto Alpine:

"Creo en él. Va a llevar a Alpine de vuelta a lo más alto. Aprendí mucho de él y le estoy muy agradecido. Me convirtió en una persona mucho más fuerte psicológicamente", aseguró Colapinto.

Mirando al futuro, sin distracciones

El piloto argentino también habló sobre lo que viene, aunque prefiere no adelantarse:

"No sé nada sobre mi futuro, no estoy centrado en eso. Hay mucho que aprender, me siento mejor con el coche y con el equipo, estamos haciendo un buen trabajo. Mi objetivo es ir carrera tras carrera".

Más allá del contexto adverso -un auto sin potencial real para pelear por puntos y un equipo en reconstrucción-, Colapinto logró igualar el ritmo de Pierre Gasly y consolidarse en el exigente mundo de la Fórmula 1. Su crecimiento constante, sumado a su mentalidad de aprendizaje, lo posicionan como una de las grandes promesas del automovilismo argentino en la elite mundial.

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