22 de agosto de 2025
En un test que incluyó rutas paulistas y tres vueltas al circuito de Velo Cittá, pusimos a prueba al Mustang Dark Horse, el heredero directo del Mach 1. Con 507 CV del V8 Coyote, frenos Brembo, suspensión más rígida y equipamiento de seguridad de última generación, la apuesta de Ford busca ser el V8 deportivo con mejor relación precio-potencia frente a rivales premium europeos.
Decir Mustang es hablar de historia viva del automóvil. La marca del óvalo azul eligió San Pablo para mostrarle a la prensa regional al Dark Horse, el nuevo escalón deportivo que se suma a la familia y que reemplaza al discontinuado Mach 1.
La jornada incluyó manejo en ruta y un breve, pero intenso, paso por pista. La premisa que Ford repitió en la presentación fue clara: "este Mustang está pensado para Track Days".
El Dark Horse no pasa desapercibido:
Logo del caballo en acabado mate y gráficos exclusivos en el capot.
Llantas de 19 pulgadas, neumáticos más anchos y frenos Brembo a la vista.
Trompa oscurecida y DRL que intimidan desde el espejo retrovisor.
Parte trasera con alerón específico en negro y cuatro escapes de 4,5 pulgadas que coronan un sonido inconfundible.
El habitáculo mantiene el estilo deportivo, pero con refinamientos:
Butacas en cuero con costuras azul oscuro, calefacción en ambas y ventilación para el conductor.
Logos exclusivos Dark Horse en tapizados y tablero.
Tablero digital 100% configurable según modo de manejo.
Equipo de sonido Bang & Olufsen de 900W, con 12 parlantes y subwoofer.
Ford no escatimó en ayudas electrónicas:
7 airbags, control crucero adaptativo, frenado autónomo delantero y trasero, mantenimiento de carril, alerta de tráfico cruzado, monitoreo de puntos ciegos y cámaras 360.
En pruebas de choque del IIHS de EE.UU. recibió la nota "Acceptable", por debajo del máximo (Good). El punto flojo: la colocación de sillas infantiles.
Bajo el capot está la clave:
V8 Coyote 5.0 llevado a 507 CV (antes 492 CV).
Torque: 567 Nm, con el 80% disponible desde 2.500 rpm.
Bielas y pistones compartidos con el Shelby GT500.
Escape rediseñado para más sonido y respuesta.
Caja automática de 10 marchas recalibrada.
Ford anuncia 0 a 100 km/h en 3,7 segundos. En pista, la entrega es brutal, con frenos que responden incluso tras varias sesiones de prensa maltratando los autos.
En ruta, con modo Normal, sorprende por su comodidad y elasticidad, a pesar de la dureza de las suspensiones. Al pasarlo a Sport, se transforma: el sonido se hace más ronco, la caja estira cambios y la carrocería se siente más firme.
En Velo Cittá, un circuito técnico y trabado, el Dark Horse mostró su mejor cara:
Dirección precisa y suspensiones firmes sin rolidos.
Cola obediente y predecible cuando se busca deslizarla.
Frenos potentes y consistentes en toda la sesión.
El único punto criticable: la caja automática, que aunque rápida, no transmite lo mismo que una manual en un deportivo con esta filosofía.
Lo dijo un colega en la presentación y cuesta no coincidir: "El Mustang siempre te da más por menos plata que sus competidores". Frente a un Porsche 911 Carrera S, un BMW M2 o un M3 Competition, el Dark Horse ofrece potencia, sonido, chasis y frenos de primer nivel, a un costo bastante más accesible.
¿Es perfecto? No: la seguridad podría estar un escalón arriba y la ausencia de una versión manual es un golpe bajo para los puristas. Pero si hablamos de un deportivo que podés usar todos los días y llevarlo a girar fuerte un fin de semana en circuito, hoy el Mustang Dark Horse 2025 es difícil de igualar.
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