10 de enero de 2025
Con un diseño que combinaba aerodinámica y potencia, el Diablo logró convertirse en el auto de producción más rápido de su época. Su evolución, bajo la influencia de Chrysler y posteriormente Audi, sentó las bases para el futuro de Lamborghini.
El legado del Countach:
Lamborghini ya contaba con dos Ãconos, el Miura y el Countach, pero los años exigÃan un salto a la modernidad. El Diablo tenÃa la difÃcil tarea de suceder al Countach, cuya estética agresiva y diseño innovador habÃan marcado una era desde 1974.
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DesafÃos iniciales:
El desarrollo del proyecto P132 comenzó en 1985 con un diseño original de Marcello Gandini. Sin embargo, la compra de Lamborghini por Chrysler en 1987 trajo cambios significativos. Los estadounidenses retrasaron el lanzamiento y modificaron tanto el diseño exterior como el interior. Finalmente, el Diablo llegó en 1990 con un motor V12 de 5.7 litros, 492 CV y una velocidad máxima de 325 km/h, logrando el récord de su tiempo.
Momentos destacados:
Un legado de mejoras continuas:
A pesar de su éxito, el Diablo enfrentó nuevos desafÃos cuando Chrysler vendió Lamborghini en 1994. Tras un periodo de incertidumbre, el Grupo Volkswagen adquirió la marca en 1998, iniciando una modernización integral. Bajo la dirección de Audi, el Diablo extendió su vida hasta 2001 con mejoras constantes, culminando en el GT de 6.0 litros y 570 CV.
El sucesor:
El Diablo cerró su historia como un Ãcono de Lamborghini, dando paso al Murciélago en 2001, continuando la tradición de nombrar sus modelos en honor a toros legendarios.
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