31 de octubre de 2025
Los sistemas ADAS, presentes en cada vez más vehículos en Argentina, mejoran la seguridad y la comodidad al volante. Sin embargo, pocos conductores saben que necesitan calibraciones y revisiones periódicas. Te contamos cuándo y cómo mantenerlos para evitar fallas que podrían tener consecuencias graves.
Las ADAS (Advanced Driving Assistance Systems), o sistemas avanzados de asistencia a la conducción, son tecnologías diseñadas para ayudar al conductor y prevenir accidentes. Estas asistencias pueden ser pasivas, cuando solo alertan sobre un posible peligro, o activas, cuando intervienen directamente sobre la conducción.
Entre las más comunes se encuentran:
Alerta de colisión frontal (con o sin frenado autónomo).
Monitoreo de punto ciego.
Aviso de salida de carril (con mantenimiento o centrado de carril).
Alerta de tráfico cruzado trasero.
Control de crucero adaptativo con función Stop & Go.
Cámara de visión 360°.
Luces altas automáticas.
Estas tecnologías marcaron un antes y un después en la seguridad automotriz, al punto de que algunos vehículos modernos ya alcanzan niveles de conducción semiautónoma.

El avance de las ADAS se mide en seis niveles de autonomía:
Nivel 0: solo emite alertas al conductor.
Nivel 1: puede actuar sobre un sistema (acelerador, freno o dirección).
Nivel 2: coordina dos o más asistencias en simultáneo.
Nivel 3: puede conducirse solo en condiciones específicas.
Nivel 4: casi total autonomía, aunque limitada por entorno o clima.
Nivel 5: conducción 100% autónoma, sin necesidad de volante ni pedales.
Si bien todavía no existen autos de nivel 5 circulando en Argentina, muchas marcas ya incorporan tecnologías de nivel 2 o 3, como las que se encuentran en modelos de Ford, Toyota, Mercedes-Benz o Volvo.

Las ADAS "ven" el entorno a través de cámaras, radares y sensores, generalmente ubicados en el parabrisas, paragolpes o retrovisores.
Por eso, cuando se reemplaza el parabrisas o se repara una parte delantera del vehículo, la calibración es obligatoria.
"Una cámara o radar descalibrado puede significar que el sistema detecte un obstáculo donde no lo hay... o peor, que no lo detecte cuando debería hacerlo", advierte Matías Corda, técnico especializado en calibraciones ADAS.
La recalibración puede ser estática (en taller con equipamiento específico), dinámica (en movimiento) o una combinación de ambas, y debe ser realizada por profesionales certificados.

Además del reemplazo del parabrisas, las ADAS deben revisarse o recalibrarse cuando el vehículo:
Sufre golpes o reparaciones en la carrocería.
Tiene problemas de alineación o cambios de suspensión.
Reemplaza algún componente electrónico del sistema.
Presenta fallas o alertas en el tablero relacionadas con sensores o cámaras.
Ignorar estas señales puede comprometer la efectividad de los sistemas y aumentar el riesgo de accidentes.
En Europa, estudios realizados por organismos de seguridad similares a Euro NCAP demostraron el impacto de una mala calibración en la eficacia de las ADAS.
En pruebas a 50 km/h contra objetos que simulaban autos, motos, peatones y ciclistas, se comprobó que una desviación de un solo grado en la cámara o sensor puede generar un error de hasta 1,7 metros a los 100 metros de distancia.
El resultado fue contundente: los sistemas fallaron en detectar obstáculos y se produjeron colisiones.
Por eso, la correcta calibración no es un detalle técnico, sino un aspecto vital para la seguridad vial.
Los sistemas ADAS llegaron para quedarse y hacen que cada viaje sea más seguro. Pero, como todo avance tecnológico, su eficacia depende del mantenimiento correcto.
Con una simple calibración realizada a tiempo, se pueden evitar accidentes y proteger lo más importante: la vida.
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