Durante los últimos años, las marcas de autos chinas como Chery, Haval, JAC, DFSK, Jetour y BAIC han ganado terreno en el mercado argentino. Con diseños modernos, precios más accesibles que sus competidores tradicionales y un equipamiento interesante, lograron captar la atención de miles de compradores.

Pero, ¿todo lo que brilla es oro? La realidad es que comprar un auto chino en Argentina todavía implica ciertos riesgos. No se trata de "malos productos", sino de un contexto donde la red de soporte, la logística y la confianza del mercado todavía tienen mucho camino por recorrer.

Estas son las principales desventajas que deberías tener en cuenta antes de comprar uno.

1. Repuestos: el talón de Aquiles

Uno de los problemas más comunes es la disponibilidad de repuestos originales. Muchos modelos chinos recién ingresados al país tienen bajo stock de piezas, lo que puede significar esperas de semanas o meses ante un desperfecto o siniestro menor.

Además, en algunos casos los repuestos deben ser importados a pedido, lo que no solo retrasa los arreglos, sino que también encarece el costo final de una reparación simple.

2. Servicio postventa limitado

A diferencia de las marcas tradicionales (Toyota, Volkswagen, Renault, etc.), muchas marcas chinas no cuentan con una red sólida de talleres oficiales en todo el país. Esto significa que fuera de los grandes centros urbanos, puede ser muy difícil conseguir un servicio técnico capacitado.

Y aunque algunas marcas aseguran tener cobertura, la realidad es que la capacitación de los mecánicos y la disponibilidad de herramientas específicas sigue siendo un punto débil.

3. Valor de reventa incierto

Al ser marcas nuevas en el mercado argentino, y con escasa trayectoria de largo plazo, los autos chinos suelen tener un valor de reventa bajo o muy variable.

Muchos compradores descubren que, a la hora de vender, la depreciación es mayor que en un modelo equivalente de otra marca más conocida. Esto se debe tanto a la desconfianza de futuros compradores como a la falta de historial de confiabilidad de algunos modelos.

4. Calidad de materiales y terminaciones

Si bien han mejorado muchísimo en los últimos años, todavía hay modelos chinos que presentan plásticos duros, terminaciones básicas y detalles poco cuidados en comparación con sus rivales japoneses, coreanos o europeos.

Además, en algunos casos la suspensión o el aislamiento acústico no están pensados para las condiciones de uso reales en Argentina, lo que puede afectar la experiencia de manejo a largo plazo.

5. Desconfianza del mercado y aseguradoras

Aunque cada vez se venden más autos chinos, todavía hay prejuicios en el público general. Eso se traduce en un menor interés a la hora de comprar usado, y en algunos casos, en mayores costos de seguro por parte de algunas compañías que clasifican a ciertos modelos como "riesgosos" o de difícil reparación.

6. Garantía y cumplimiento

Algunas marcas ofrecen garantías llamativas de 5 o 7 años, pero es clave leer la letra chica. En varios casos, los términos de la garantía son muy restrictivos o su aplicación depende de llevar el vehículo a un único taller oficial en determinada ciudad.

¿Entonces no conviene?

No necesariamente. Hay autos chinos muy buenos, con excelente relación precio-producto. Pero la recomendación es clara: antes de comprar, investigá bien. Consultá con otros usuarios, preguntá por los repuestos, asegurate de que haya taller oficial cerca, y analizá el valor de reventa en portales como Mercado Libre o DeMotores.

Comprar un auto es una inversión importante. Y más allá del diseño o el equipamiento, el respaldo postventa es lo que hace la diferencia con el paso del tiempo.